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Ubicación: Camellón de Eduardo Molina. Frente a Plaza Oriente, Gustavo A. Madero.

Es extraño no poder escribir una dirección con número y esquina, pero este gimnasio debe ser señalado así.

El gimnasio al aire libre Díaz Mirón tiene una historia larga. Empieza con el corredor  José Luis Macías Luna “Luiggy”
-todo un personaje que merecería unos párrafos sólo para él- , quién por propia iniciativa inició el rescate del camellón de Eduardo Molina, por entonces más basurero que cualquier otra cosa.

El legado de Luiggy, ayudó a establecer posteriormente el Díaz Mirón. En sus inicios, totalmente al aire libre, improvisado, entre coches y la vida citadina. Un gimnasio sin muros, pero esos sí, con su pista para correr.
El Díaz Mirón se concretó luego, por la obra de El Ratón González, un ex boxeador de carrera discreta. Por ahí pasaron Johnny González -sobrino de El Ratón- Edgar Sosa y Ana María Torres, quienes hoy ya viven quizá el último trecho de sus carreras, pero que fueron moldeados en las precarias condiciones del camellón. Ese era algo más que un gimnasio de barrio, tenía una clasificación diferente.

Hoy en día, El Ratón González –entrenador y manager- tiene ya el merecido apoyo de la delegación Gustavo A. Madero. En el 2011 recibieron nuevas instalaciones en su misma ubicación: Un edificio, ring y aparatos de ejercicios.  A pesar de ello, conserva buena parte del "encanto crudo" que tenía cuando no estaba oficialmente instituido: El sonido de los coches pasando rápidamente alrededor, los paseantes curiosos alrededores, los aficionados a otros deportes ejercitándose cerca...sigue siendo una isla de boxeadores en medio de ríos de autos.

El tipo de asistentes varia. La difusión del gimnasio y el hecho de que no se le niega a nadie la oportunidad de entrenar, han llevado al Díaz Mirón a personas que no aspiran al profesionalismo, sino que asisten sólo por deporte, ejercicio y diversión. Y ese es quizá uno de los mayores triunfos del gimnasio. Si bien no han logrado tener entre sus filas a nuevas grandes figuras del profesionalismo, llenar sus instalaciones con personas que simplemente desean estar activos es un triunfo para la sociedad y los habitantes de la zona. ¿Para qué queremos tener tantos campeones del mundo si tenemos también tanta obesidad y sedentarismo? 


No tiene nada de malo tener un pueblo que admire a sus deportistas. Pero definitivamente es mejor tener un pueblo de deportistas que admire a otros deportistas.

Si quieres empezar a entrenar en un ambiente relajado y amigable, este es un gran lugar para dar los primeros pasos. Pero atención, si lo que quieres es ser profesional, es complicado que te presten atención, debes darte a notar y tener paciencia, pues al principio te tratarán como a cualquier otro aficionado, y el volumen de gente evita que todos reciban atención personalizada o directa.


Miguel Ángel Ratón González y pupila.
Ubicación del Gimnasio Días Mirón: