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Pelear requiere una mente despierta. A menos que quieras verte como un buscapleitos callejero, tu mente debe estar trabajando mientras combates. Esta concentración se divide en muchas direcciones, la de hoy es una particularmente importante: respirar.

Sabemos que es un acto reflejo, nacemos respirando, no lo aprendemos con el tiempo. Ese elemento “natural” es quizá lo que nos dificulta más respirar adecuadamente, pues no estamos acostumbrados a pensar en cómo lo hacemos.

La respiración debe ir en sincronía con nuestra propia dinámica física. 

  • Movimientos rápidos = respiración rápida
  • Movimientos lentos = respiración lenta.

¿Demasiado obvio? Menos de lo que creen.

La respiración lenta es fácil de entender: Aspirar lento por la nariz, y exhalar lento por la misma vía. ¿Por qué? La oxigenación es más completa si va de la nariz hasta el estómago. Este tipo de respiración nos da una pausa, ayuda a descansar e incluso a poner nuestra mente en condiciones para reajustar estrategias y pensar fríamente en lo que está pasando. No es coincidencia que se respire así en meditación y en yoga, pues ayuda a concentrarse y relajarse. Es ideal para todo momento en que tengamos una actitud pasiva. Los más experimentados pueden mantener esta respiración inclusive mientras están a la defensiva, recibiendo el ataque del oponente.

La respiración rápida tiene un truco tramposo. La forma incorrecta es la más común: Dejar entrar y salir el aire de forma acelerada debido al cansancio o la presión. Error. La respiración rápida sólo incluye la exhalación, hay que seguir inhalando lentamente. Luego, el aire se va expulsando poco a poco, usando la boca y la garganta como válvula de control que bloquean y liberan aire varias veces hasta que es necesario aspirar de nuevo. Esos sonidos de siseo que usan los profesionales se causan así.

Este tipo de respiración se debe usar para momentos con mucho dinamismo. Golpes, cabeceos, movimientos veloces de pies o saltos. La consideramos rápida porque va en sintonía con ese tipo de actividad sobre el ring, y por las exhalaciones cortas.

Es importante controlar la salida del aire con la boca por tres razones: 1) Es más fácil regular la cantidad de aire en el cuerpo y requiere menos aspiraciones que si lo hacemos por la nariz 2) Las pequeñas aspiraciones ayudan a mantener controlados los movimientos musculares, mejorando la precisión de los mismos 3) La boca se mantiene cerrada la mayor parte del tiempo. Abrir la boca para respirar no sólo te agota más rápidamente, sino que te expone a una fractura de mandíbula.

En síntesis:

-          El tipo de respiración obedece al tipo de movimiento que realices.

-          Sea una respiración lenta o rápida, no cambia que al inhalar siempre lo hagamos – en la medida de los posible- de manera lenta, profunda y a través de la nariz.

-          La respiración lenta no sólo ayuda a recuperarte, sino a recuperar la concentración para pensar en tu estrategia.

-          La respiración rápida mejora la precisión de los golpes y de todo movimiento veloz en general.

-          La exhalación durante la respiración rápida debe estar regulada por la garganta y la boca, que deben liberar aire en soplidos cortos, uno por movimiento, hasta que se agote el aire, y entonces se inhala de nuevo.

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